Seguros

Agentes de seguros: Las agencias de seguros son un canal de venta fiable, pero carecen de la objetividad de un buen corredor de seguros, que tiene experiencia en la gestión con muchas aseguradoras, el corredor trabaja con varias compañías. La agencia se limita a vender los productos de su Cía. sin valorar otras alternativas o Cías. en el mercado. Un corredor siempre va a poder defender mejor los intereses de un consumidor de seguros. Por ejemplo, ante del rechazo de un siniestro o su indemnización por debajo de lo que contractualmente se estipule, un corredor siempre va a mostrar más interés en defender la cobertura que un agente, que como depende en exclusiva de la Cía. nunca va a mostrar tanta resistencia a la decisión de la entidad.

Comparadores de seguros: sólo comparan, como su propio nombre indica. Carecen de cualquier tipo de asesoramiento profesional tanto en el momento de la contratación como en caso de siniestro. El cliente tendrá que resolver todas las cuestiones de contratación y de siniestro a través de internet, o de un teléfono 902, donde lo que queda es armarse de paciencia para pelearse con los operadores y dedicarle muchas horas de su tiempo, y muchas veces sin poder obtener resultado satisfactorio alguno o ni siquiera respuesta.

Operadores Banca-Seguros: Muchas entidades bancarias venden seguros masa, ligados a productos financieros de diferente índole por un único motivo, la imposición de cumplir unos objetivos. Ello se traduce en una importante falta de asesoramiento y atención, y lo que es peor, una pésima resolución de siniestros. Los bancos son el canal menos aconsejable para suscribir cualquier seguro, porque se limitan a colocar cualquier póliza según sus necesidades, obviando las necesidades del cliente. Usan información privilegiada de los clientes, conocen de antemano lo que pagan, para así ofertar algo más barato, recurren a tarifas planas, fraccionamientos,… e incluso imponen la contratación para la formalización de financiaciones. No venden ni asesoran, sólo malvenden y enchufan. Su ética es cuestionable, engañan y colocan seguros abusando de la confianza del cliente, o de su poca cultura financiera o en materia de seguros, como hicieron con la venta de preferentes.

Aseguradoras de low cost: Ofrecen productos de auto, hogar, vida… a precios muy económicos. Indudablemente tienen trampa, limitan la mayoría de las coberturas muy por debajo de lo aconsejable. En caso de siniestro el cliente tendrá que perder tiempo y dinero llamando a un teléfono 902 a cambio de una atención poco resolutiva e impersonal.